viernes, 30 de marzo de 2007


En la clase de teatro comenzamos con relajacion, lo cual estuvo a cargo de un grupo de compañeras.esto comenzo con una respiracion suave,movimientos de hombros, comenzamos a levantar las manos y a botar las tenciones y sacar las malas vibras e ingrasar las nuevas, trotamos en el puesto...fuimos al suelo, realizamos respiracion, relajamos la espalda y finalizamos con movimientos de rotacion de cuello. Con estos ejercicios pudemos relajarnos y comenzar la clase de Teatro y Literatura Infantil


1 comentario:

En cLªsEs De TeªtrO dijo...

La batalla de la televisión se gana o se pierde fuera de la televisión, especialmente con el buen uso o mal uso del tiempo libre (por parte de los hijos y de sus padres).

Por: Gerardo Castillo Ceballos. "Los estudios y la familia", Editorial Palabra, Madrid, 2.000.
Fuente: Edufam

Los hijos encuentran dificultades en el estudio diario en las que pueden ser orientados por sus padres (siempre que estos últimos adquieran cierta preparación sobre el tema).

Esta orientación se sitúa dentro de lo que he denominado «ayuda específica» de los padres (para diferenciarla de la ayuda de los profesores)..

Dificultades frecuentes:

-Falta de interés por las materias de estudio (lo que influye mucho en la falta de voluntad para empezar el trabajo cada día y para realizarlo con intensidad);

-Falta de clima o ambiente de estudio en casa (o en otro lugar en el que se realice), lo que repercute negativamente en la motivación;

-No saber organizar el trabajo (falta de planificación y de horario de estudio);

-No saber estudiar (desconocimiento de las técnicas de estudio).

Los padres deben favorecer que en casa (al menos a determinadas horas y en determinados lugares) haya clima de estudio.

Debe haber esfuerzo en todos los miembros de la familia para que los hijos estudiantes encuentren silencio y un lugar de trabajo sin distracciones (teléfono, radio, televisión, etc.).

Uno de los obstáculos principales del clima de estudio en casa suele ser la televisión.

Son muchas las encuestas que prueban que la mayoría de los niños y adolescentes ven demasiada televisión.

También son muchas las investigaciones que demuestran que la televisión, vista con exceso y sin control, origina dependencia (teleadicción) y fatiga mental en todas las personas, aunque más en los niños.

La televisión no controlada dificulta seriamente, además, la comunicación entre los miembros de la familia.

La televisión se está convirtiendo en muchas familias en el único recurso para llenar el tiempo libre.

Ello hace que los niños pierdan el hábito de leer, escribir, conversar y jugar, y que carezcan de aficiones.

En estas condiciones, la televisión es un serio obstáculo para los estudios de los hijos, hasta el punto de convertirse en un factor importante del fracaso escolar. Ello es así porque la televisión quita tiempo para el estudio.

También porque la situación de pasividad y de conformismo con la que se ve habitualmente la televisión contrasta con la acción esforzada propia del estudio.

Es muy difícil que los hijos empiecen a estudiar en serio después de dos o más horas de televisión. Ello supone pasar de una situación muy cómoda (en la que no hay que pensar) a otra situación que requiere esfuerzo para comprender, recordar, relacionar, expresar, etc.

La televisión lo da todo hecho; en cambio, en el estudio lo tiene que hacer casi todo el estudiante.

La televisión sin control fabrica malos estudiantes


Los hijos necesitan ayuda de sus padres para evitar la teleadicción.

La batalla de la televisión se gana o se pierde fuera de la televisión, especialmente con el buen uso o mal uso del tiempo libre (por parte de los hijos y de sus padres).

En las familias en las que la televisión es el único recurso para llenar el tiempo libre, se ha perdido la primera batalla.

Los padres deben fomentar:

- La lectura;


- el juego;


- el deporte;


- las audiciones de música y otras aficiones.

Se ha comprobado, en muchos casos, que cuando los niños están ocupados en este tipo de actividades, se olvidan de la televisión.

Los padres deben limitar el tiempo que los hijos dedican a la televisión. También deben seleccionar los programas dentro de ese tiempo límite, con el fin de evitar que la televisión se convierta en un vehículo de subcultura dentro de la familia.

Se trata también de enseñar a los hijos a ver la televisión. Ello supone verla con capacidad crítica de juzgar en función de criterios. Así podrán discriminar entre la verdad y el error con apariencia de verdad. También podrán distinguir los hechos de las opiniones.

No es conveniente dejar a los hijos solos ante el televisor. Por el contrario, ver la televisión con los hijos permite comentar los programas con ellos y remitirse a otras fuentes de información en las que se trata más amplia y profundamente el tema.

Pero toda esta «política familiar» con respecto al uso de la televisión exige el buen ejemplo por parte de los padres. Hay que dar ejemplo de sobriedad en el consumo de televisión y ejemplo de buen empleo del tiempo libre.

Si los padres ocupan una parte de su tiempo libre en leer buenos libros y mantener conversaciones con sus hijos basándose en las lecturas, estarán fomentando seriamente el clima de estudio en la familia.

La iniciativa de los padres y su ejemplo ayuda positivamente